Tomado 'prestado' de: Rock de Lux. Nº 67, Septiembre 1990
Su elepé "La luz en tus entrañas" ha sido uno de los buenos discos de los últimos meses. Ganadores del concurso televisivo El Salero -5 kilos de nada-, Surfin' Bichos están preparados para el gran salto. Sus próximos pasos les han de llevar a liderar el rock con más nervio que se manufactura en España.
JUAN ANGEL FERNANDEZ informa.
AIbacete, dicen los cronistas tradicionales, es una encrucijada de caminos, una
tierra de paso que en los noventa ha estrenado una rápida y eficaz
variante camino del mar. Sus más de 40.000 almas sufren la
meteórica escalada de hipermercados, polígonos industriales,
tráfico colapsado y una explosión socio cultural que, al margen
de otras tribus artísticas de futuro incierto, acoge en sus innumerables
cocheras alquiladas a 31 grupos musicales (según el último
patrón) dispuestos a plantear nuevas alternativas al planetario pop. De
todos ellos los más aplicados, los que han sacado mejor nota, los
primeros en recoger premios han sido Surfin' Bichos.
"Esta mañana Paco el Loco se ha encontrado una pistola que su padre tenía, un manojo de tendones y de huesos agarraos y en el extremo una cosa que brilla. Y se ha echao a la calle con la boca apretada, con la mandíbula cuadrada y lo mente vacía... Gente Abollada, luces en la ciudad..." ("Gente Abollada")
Se dieron a conocer en un Villa de Madrid presentándose como nativos de la capital a través del domicilio de José Lillo "Pipiyo", que entonces colaboraba en los vientos, pero oficialmente fueron examinados por gran parte de los plumetas y radiofónicos del país en el primer cumpleaños de su sello discográfico La Fábrica Magnética, en la Sala Mirador, cuando estrenábamos los noventa. Servando Carballar había reunido en lo conmemoración a lo más florido de su repertorio, Iñaki Glutamato, Angel Altolaguirre, Domingo y Los Cítricos, Rock 'n' Bordes, etc. Fue esa noche cuando más de uno nos percatamos de la ingenuidad, del encanto, compensado con exquisitas dosis de frescura, del sonido Surfin'. Aquella banda era diferente. Planteaba términos diferentes. Huía desesperadamente de la retórica, de la terrible retórica del pop nacional.
Aquello debería habernos ocurrido en pleno barrio del Bowery neoyorquino en el CBGB por ejemplo. Hubiera sido lo más natural. Pero sucedió en pleno centro del país y las letras ya estaban traducidas...
"Aléjate nena sabes que cuando oigo la lluvia golpeándome en el cráneo entro en crisis, me da el siroco, se me va la cabeza y entro en crisis..." ("Crisis")
Historias terribles, caóticas, recitadas con sorprendente naturalidad, aderezadas con un fondo de guitarras demoledor, un ruido continuo ensordecedor y, creo, intencionadamente sucio. "Nos gusta ese sonido. Sonamos sucio de nacimiento. Creemos que de todas formas es muy asequible. Sin embargo al disco le falta potencia. No nos gustó el prensaje que nos hicieron. Esperamos que alguien nos pille el punto en el próximo".
El álbum, su único 33 rpm, aparecía con los últimos suspiros de la pasada década. "La luz en tus entrañas" es un grito reflexivo del individuo en su soledad. Un individuo llamado Fernando Alfaro, coleccionista de su propio instinto. "Muchos de los temas fueron escritos cuando ni siquiero existía el grupo, ni tenia idea de que algún día existiera. No hay nada premeditado ni busco ningún tipo de mensajes. Quizá cuente mi vida, sí, porque hasta ahora ha sido así". Fernando, un tipo extraño, singular, retorcido...
"Un experimento con mi mente que quedará vuelta del revés, luego iré donde ella me lleve y en esa tierra yo seré el rey. Una excursión a la frontera" ("El Rey del Pegamento")
Un tipo absolutamente abierto a las referencias antes intuidas: Velvet Underground, Nick Cave, Violent Femmes...
Curiosamente, la promoción de Surfin' Bichos ha sido más bien realizada por lo propia crítica que ve en ellos esa frescura original que sólo saben transmitir los recién llegados. Pocas copias editadas y el ligero apoyo de su sencillo "¿Amas lo desconocido?" que difícilmente habrá llegado a las estanterías de los comercios discográficos. La misma crítica que en un derroche de valor y originalidad les otorgaba recientemente el premio nacional televisivo El Salero de Oro, un programa mañanero-dominical de TVE en el que tuvieron que compartir horas de grabación con remakes de Pantojas Serrats y Coros y Danzas de Fuentealbilla. "Nos han pagado antes el premio de los 5 kilos que ganamos que el marrón que nos comimos el día de la grabación. Nos enteramos que era un concurso allí mismo, estuvimos a punto de irnos, pero se pusieron histéricos y tragamos. Ahora nos alegramos".
Lo cierto es que cada uno de sus conciertos es vivido con la intensidad que marca la concentración. No utilizan espectacularidad ni tienen recursos previstos como efectos delirantes. Son sencillos en escena pero es una sencillez que saben conjugar con la agresividad de su música y su palabra...
"Lavaré mi alma o fuerza de ayuno y oración para estar preparado el dia que vuelva nuestro Señor. Bajará dentro de poco para abriros el culo a todos, suicidáos ya está cerca, alucinad, está a la puerta" ("Malaventuranzas")
Tienen un pasado albaceteño lleno de intentos loables por incorporarse a la historia del pop local. José María Ponce, el bajista, aparte de manejar con depurada técnica los pinceles y rotuladores decorando bares subterráneos (suyo es el diseño de las carpetas discográficas del grupo), perteneció a los primitivos Cortejo Fúnebre ("Dios Salve a Pepe Bono") y Carlos Cuevas se enganchó a la batería por primera vez con los propios Surfin'; antes había sido el apasionado y electrizante vocalista de Interinos y Contratados, La Rendición y Padres de Mayo, con los que tiene ya algún recuerdo plastificado. El caso de Joaquín Pascual es extremadamente peculiar. Posiblemente por aquello de su inevitable inclinación a la itinerancia sea el único músico de la villa que puede alardear de haber pertenecido a cualquier grupo de la cuidad. Ahora con los Surfin' Bichos dice que ha "sentado la cabeza", lo que no es óbice para que todos ellos, incluido Fernando Alfaro, apoyen al estrambótico e inefable Camilo Fuentes (también viejo conocido de Cortejo Fúnebre) en el proyecto Los Trollstones, la banda más apocalíptica del sureste español, como así ha sido corroborado por testigos presenciales entre los que me incluyo, tras dos meses de gira a través de toda la geografía castellano manchega pagada por la propia Junta de Comunidades.
No se puede negar que están en un momento dulce: estrenando nuevo sencillo, "Vive el peligro" con una cara B inédita y demencial, "El crujido del cangrejo"; a la espera de un maxi en este mes de septiembre con una nueva mezcla de "Gente Abollada" y la preparación de lo que será su nuevo álbum del 91 a grabar en octubre. Premiados y alabados, compartiendo bolos con sus "Mr. Hyde" Los Trollstones y reconocidos por quienes ven sus directos como -y sé que suena a reiterado tópico- el aire puro que necesitaba nuestro agobiante y empalagoso pop. "Pasamos de tocar en el pub más cutre de Albacete al Villa de Madrid y los conciertos en Bilbao, Valencia, Zaragoza, etc. Hemos tocado más en Madrid que en Albacete. Algunos se creen que somos de allí"