Sonaba como si se estuviera fumando el piano con acompañamiento de contrabajo incluido y una botella de bourbon para pasarlo todo.


Era el principio y su música era Bluesy , Jazzy... Su voz insondable.
Tom contaba sus historias de perdedores, putas, borrachos, y deudas.
Él se antojaba el protagonista de todas ellas.

En realidad no cuenta nada que no pudiera ocurrir
en los tugurios que frecuentaba,
en los que tocaba,
en los que bebia,
en los que vivia.

Sus letras resuenan a Bukowski
Siguen la misma senda.
'la senda del perdedor'

TOM evoluciona y con él su música.
Suena como si se estuviera bebiendo el piano, a palo seco.
Madrugada en algún club de dudosa reputación. Todo es más crudo.
Las melodías y el piano dejan pasar sonidos, ritmos hasta entonces desconocidos.

Bukwoski tituló una de sus historias:
'Play the piano drunk like a percusion instrument until your finger begin to bleed a little bit'
Tom estaba en ello.

Y llegaron los días con Island Records; su voz es más cruda, más profunda, más oscura. Escucharla es entrar en un insondable abismo de miserias que te arrastra... a golpes. El ritmo se tribaliza, música percusiva desde la cocina.

	Perolo, perolo, cacerola,
	Perolo, perolo, cacerola
	cacerola
	cacerola...
	...

La música te golpea la cabeza como si fuera un martillo hidraúlico
Apenas hay guitarras en todo el disco, es el sonido de la hojalata; los años salvajes de Frank: los años salvajes de Tom.

Con el ritmo llegó la vida.
Tom ya no era ese cadaver ambulante de antaño.



Y desde las profundidades...
Rítmo en su estado más puro:
Una guitarra,
una locomotora propulsada a cacerolazos saliendo del infierno
y una voz latiendo desde las tripas.

¡Todo muy crudo por favor! Mr Waits. Es la máquina de los huesos.

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