Me cambié el pelo. Liso. Partida al medio. Adiós, adiós salón de belleza. Lisa. Ese es mi nombre. Me cambié la ropa. Jipi. Y tú crees que fue fácil. Dejé de hablar a mis amigas. Empecé a leer revistas, no Cosas ni Caras, ni Paula ni nada. Revistas de PC, de CD, llenas con siglas, hardcore nerd stuff. Began to think-speak in English. El nuevo latín. Me he vuelto todo un phone phreaker. Abandoné mi género mi dieta mis adornos y mis cremas. Donde antes había ensaladas, ahora -al lado de mi monitor- hay sandwiches. Me cambié de pantalla, de la TV al PC. Me he vuelto un explorador; y me cambié de casa, una para mí. Empecé con los sicotrópicos y abandoné al sicólogo. “Yo era mi mujer”, podré decir ahora. Ahora soy mi aventura y mi mundo. Electricity y sangre son el snowball dilecto. Qué quién hizo todo esto. Mi módem. Ayer hablé con un netizen de Atenas, ahora hablo en frases cortas. Menos posibilidad de error, ahora mezclo todas las cosas. No sé su género. No hablamos de eso. Nunca de edades. Su nick es Anybody. Su nombre real es Anybody else. Los míos son Bug y Name. Suenan bien, ¿eh? Anybody tiene ideas finales. Binarizar el lenguaje. 0100011100101011101101 0101 101. menos posibilidad de error, un número para todas las cosas, sólo dos teclas en el teclado. Y ya. El tiempo hierve en mis venas, la tierra es mi conducto, la electricidad me anima y el teléfono me lleva lejos. Soy sólo mi voz pensando, inmortal al instante. Nice to type to U, impacto en las neuronas de Anybody, Anybody else, sinapsis biológica-electrónica. ¿Crees que fue fácil? Yo era mi mujer, era confiable para sostener no material sino ideológicamente a La Familia. Pero tenía mi carrera. Y mi carrera trajo mi módem y mi módem me trajo a mí. Mi marido y mis hijos me hicieron sentir muerta. Se vengaron de mi estafa con brujería impura. Arrojaron “vieja” y “loca” en nuestro obsoleto tablero de juego. Me arrastré llorando por el suelo en mi nueva casa. Cambié mis horarios. No podía comer. Y mis amigas me maldijeron cuando les retiré mi amistad. Ya no veo faldas. Los símbolos han cambiado. Una mano apunta con el índice todo el tiempo, y eso resume nuestra “educación”. Qué más puedo decir. El resto son papeles. Ah, es tan bueno. Y tengo mi carrera. kutscher@chilepac.net (karin kutscher)