Se han convertido en unos clásicos casi sin proponérselo. Intermitentes, sugerentes y cada vez más ambientales, Esclarecidos navegan por un mundo que es más pasión que trabajo. "Rojo" es su quinto elepé. LUIS HIDALGO se pregunta cuál es la diferencia entre una autopista y un pijama a rayas.
Sentido del humor, del quiebro amable. Hacer una pregunta así a primera hora de la mañana, cuando el desayuno no ha llegado todavía al estómago del entrevistado y cuando éste se dispone para una entrevista cordial, es un poco killer. Claro que la entrevista es con dos esclarecidos, y según los diccionarios, una persona esclarecida es aquella de fuste ilustre y distinguido, en cualquier caso no dispuesta a dejarse llevar por descortesías ajenas.
"Cuál es la diferencia
entre un grito y una opinión
entre una silla y un altar
entre una hoz y un industrial.
Sólo la que tú quieras poner
y no me preguntes por qué"
("¿Cuál es la diferencia?")
¿Cuál es la diferencia entre un grupo emocionante y un grupo previsible? ¿Cuál es la diferencia entre un grupo de pop adulto y un grupo convencional? ¿Cuál es la diferencia entre un capricho y un deseo? ¿Cuál es la diferencia entre elegancia y superficialidad?
Casi todos los comentaristas que han escrito sobre Esclarecidos se han dejado llevar por la perentoria necesidad de responder de una u otra manera a estas preguntas. ¿Me los tomo en serio o pienso que Esclarecidos son el capricho de cuatro niños bien que quieren jugar a hacer música? ¿Son tipos sensibles o una cuadrilla de naífs trasnochados? Una cantante excepcional, es verdad, pero cinco discos en 10 años y muy pocos conciertos. ¿Existen de verdad los Esclarecidos?
(Cristina). Desde el comienzo hemos reivindicado nuestra posición sobre el negocio, y creemos que tenemos derecho a actuar conforme a nuestras convicciones. Estamos en esto para disfrutar con la música, para explicarnos por medio de las canciones. La música no es nuestro trabajo, sino nuestra pasión. Además, como persona no estoy dispuesta a aceptar todas las imposiciones del mundo de la música, y hay cosas a las que no quiero renunciar por ser una estrella. Siempre hemos sido sinceros.
"No tengo ningún interés en pasar a la leyenda
ni en morder las flores mientras hago el amor
No tengo ningún interés en oír cómo hablan de mí
sólo quiero hacer una excursión a tu corazón"
("Las hormigas")
Y Esclarecidos no son de los que llegan con rudeza a tu corazón. Usan
machetes de metal tenue, aleaciones perfumadas y formas sensibles, y
bajo su acción, las lianas no se quiebran al dejar paso. No se les
han abierto tantos corazones como a otros grupos de mayor repercusión,
pero su trabajo es tan obstinado como el de un río que sin aspavientos
erosiona sus propias orillas.
Su río comenzó a fluir hace unos diez años. En 1983 eran Cristina Lliso,
Alfonso Pérez, Fernando Mata, Coyán Manzano y Nacho Lliso. Sus nombres
figuraban en la contraportada de "Esclarecidos", su primer mini-elepé
(al igual que el de colaboradores como Enrique Sierra, Solrac y Paco
Trinidad). Era un disco al que habían antecedido dos epés de ásperas
denominaciones: "Música para convenios colectivos" y "Pánico en la
convención de farmacéuticos". Su música tenía aristas, unas afiladas
formas que con el tiempo se irían redondeando, y para editarla, medio
en broma medio en serio, nacieron Grabaciones Accidentales. ¿Qué
mejor nombre para una pasión?
(Cristina). Yo creo que lo que ha cambiado de nuestro público ha
sido sólo la edad, y ahora nuestros fans son más viejos. La base
de nuestro público ha ido madurando con nosotros mismos, y su
extensión numérica, lenta pero creciente, se ha debido sobre todo
al boca a boca.
(Gonzalo). Quizás se deba a que sólo queremos hacer canciones que
nos apetezcan oír al llegar a casa.
Su segundo disco llegó en 1985, y era una cucada. Se llamó "Esclarecidos 2". Estaban los de siempre más Paco Trinidad y Pepe "El Víbora". Era el disco que hablaba de un fotomatón salsero en cuyo interior dormía alguien con zapatos de rejilla blanca, el disco de Miles y Milú, el de una muerte oculta bajo la nieve. Era el disco de un tema clásico en el que Cristina llegaba a ser arponera por tu amor. Era el disco que centraba al grupo en un cóctel de pop sensual con golpes jazzy; abierto estilísticamente y con una instrumentación rica y variable.
(Gonzalo). Siempre trabajamos sobre un texto compuesto con antelación. Alfonso se lo pasa a Cristina, y ella comienza a hacerlo suyo y a desarrollar las primeras melodías de voz. Todos acabamos componiendo y arreglando, aunque en la producción de los dos últimos discos yo he sustituido a Paco Trinidad. "Rojo" es un disco que muestra mi concepto de producción. Lo importante es la canción, y la producción ha de realzarla, no ocultarla ente sonidos innecesarios y accesorios. Lo fundamental siempre es la personalidad de la propia canción.
"Dímelo despacio
dímelo al oído
cuál es la más curva
de todas las rectas"
("La historia del que se fue")
Y llegó 1987. Y con él "Por amor al comercio". Fue el título de su
tercer elepé, de una de las canciones que lo componían y de la
repetida afirmación que Cristina entonaba doliente en esa triste
canción de amor y abandono. Manuel Illán se añadía al combo, que
en las diez canciones que presentaba en aquel disco se dejaba
llevar por la bossa y los ambientes jazzies, rincones donde llegaba
el pop relajado e íntimo ya marca de la casa.
También había canciones para bailar, pero sobre todo había estilo,
una personalidad diferenciada y sólida y canciones con carácter.
"Yo sé lo que es una casa vacía en días como hoy,
beber sola y tener ganas de llorar.
Yo sé lo que es una canción triste en días como hoy,
pasear sola y no tener dónde mirar"
("Los buitres")
(Cristina). Tengo que creerme las cosas que cuento, saber que tienen un sentido para mí. Alfonso suele componer textos que permiten interpretaciones muy abiertas, y eso me ayuda mucho. Si una letra me resulta ajena y no me emociona, no la puedo hacer mía, cantarla de verdad.
En 1989 Esclarecidos editaron su cuarto disco, uno de los mejores discos nacionales de aquel año. "De espaldas a ti" evocaba citas en Igueldo, vaporosas comidas en El Dueso y exuberancias tropicales con ayuda de Víctor Abundancia. Como siempre, una larga lista de amigos tocaban sus instrumentos junto al grupo, al que se incorporaban Gonzalo Lasheras (guitarra y producción) y Tony Vázquez (batería) y del que se descolgaban Paco Trinidad y Pepe "El Víbora". Once canciones dando forma a una delicia que se mecía entre la caricia y el arañazo. Un disco tan cálido y elegante como los guantes que suele vestir Cristina cuando ha de dar una imagen pública.
"Se puede correr sin sudar
y perder sin llegar a jugar
y eso sí que es triste"
("Una sorpresa")
(Cristina). "Rojo" es nuestro disco más compacto, el único que ha
logrado unificar el tono y ambiente de todas sus canciones. Es más
lineal que los anteriores, en los que había altibajos producidos
por la diversa intensidad rítmica de los temas. Sin embargo, antes
de grabarlo no pudimos ponernos de acuerdo en cómo había de ser.
Alfonso quería hacer algún tema de influencias dance, pero no nos
salió. "Rojo" ha crecido de manera natural, no forzada. Y nos
gusta así.
(Gonzalo). El último tema es el único que aporta ambiguedad.
"Todos mienten" es el guiño que hace pensar, el que muestra que
"Rojo" no es un disco fácil. Lo has de oír más de una vez, y siempre
descubres algo nuevo. Lo hemos trabajado a fondo sin matar las canciones.
"Llevo tres días preparando
lo que te voy a decir
he consultado mil libros
Incluso fui a casa de mamá
He ensayado cien discursos,
y tengo un par de frases brillantes,
pero..."
("Un par de frases")
De la revista "Rock de Lux" 84, Marzo 1992
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