Tomado 'prestado' de: Ruta 66. Nº 66, Octubre 1991


SON UN CASO UNICO EN EL PANORAMA DEL ROCK NACIONAL. UN GRUPO CON FUEGO EN LAS ENTRAÑAS Y UN MUY PERSONAL UNIVERSO QUE EXPRESAR. DESDE ALBACETE NOS LLEGA EL RUMOR FASCINANTE DE ESTE ESPECIAL CASO DE ZOOLOGIA MUTANTE. UNA ENTREVISTA REVELADORA.

por RAFA CERVERA

Pop Bastardo

"En principio parece que nada debe impedir que nuestros discos lleguen a un sector razonablemente amplio del público: la gente no es tan estúpida, o mejor tanta gente no es tan estúpida. En principio parece que el relativo éxito aqui de Pixies Lynches y REMs. entreabre una puerta a la esperanza."


Habla Fernando Alfaro, voz, guitarra y punta de lanza al rojo vivo de un suceso extraño, surgido en Albacete y conocido como Surfin' Bichos. Fernando, como el resto de sus compañeros en la banda, proyecta una imagen difícil de enfocar. Pero estamos hablando de un grupo inusual, autor de un pasmoso cruce entre las tradiciones y las vanguardias rockeras. Un invento de doble filo: meditaciones y observaciones añoradas desde un limbo privado, rock poliédrico que sigue el camino trazado por el blues y se identifica con las peores maneras de ciertos francotiradores sónicos.

Pero hay más. En Inglaterra los Surfin' Bichos serían tan adorados como Nick Cave & The Bad Seeds o cualquier otro tótem de las nuevas generaciones bárbaras. Aquí, hoy por hoy, los Surfin' están en manos de una multinacional que ha visto posibilidades comerciales en sus canciones y publicado su segundo álbum, "El Fotógrafo Del Cielo" . No se trata de una contradicción, ni de un capricho. Se trata de simple y puro rock & roll. Con connotaciones varias, eso sí. Y esas connotaciones son las que hacen de Surfin' Bichos una historia aparte. Tienen capacidad para absorber naturalmente las influencias culturales que les alimentan y reconvertirlas en materia prima propia. Busca en sus títulos. El primer elepé se tituló "La Luz En Las Entrañas"; estaba poblado por secos latigazos de rock y pop mutante perfectamente disimulado. De todas formas -los títulos de nuevo- una luz interior brillaba en canciones tan hermosamente crudas como "Gente abollada" y "Malaventuranza".

Comenzaba así una pequeña litúrgia dirigida a las almas perdidas que peregrinan en este valle de lágrimas. Perros, santos, demonios y penitentes: seres marginales más afines a lo cotidiano que a lo literario. Una llamada a visitar el otro lado que, con el nuevo LP, se ha tornado en obligación. Algunas de las mejores y más personales -originales- composiciones del pop nacional de los últimos tiempos se encuentran entre los surcos de ese álbum, un artefacto que vuelve a conjugar las visiones de Alfaro, Joaquín Pascual (teclados), Jose María Ponce (bajo), y Carlos Cuevas (batería), con un renovado apetito por el rock.

-La crítica os adora. De vosotros se suele decir que sois muy diferentes al resto de lo que ocurre en la escena pop nacional. ¿A qué crees que se debe ésto?

-Probablemente a que hacemos algo distinto, vivo y real: CANCIONES. Lo nuestro es hacer canciones, no ejercicios de estilo. Las mimamos como a hijitos, les damos todo lo que necesitan y por supuesto les damos preferencia absoluta por encima de poses, movimientos o ideologías musicales. También puede que haya cierto gusto por los caminos no transitados, por evitar lugares comunes, es una especie de afán pionero que tenemos desde niños. Cuando hacemos una canción buscamos ante todo sorprendernos a nosotros mismos, lo que muchas veces te lleva a arriesgarte por caminos duros y pedregosos.

-¿Qué disco, canción o artista te hizo darte cuenta de que tú también podías contar y tocar tus historias?

-Ninguno en particular. Empecé como casi todo el mundo, tocando canciones de otra gente, Dylan, Cohen, Beatles. Luego llegó el punk, que conocí por un amigo de San Sebastián que me regalaba cintas grabadas . Aquello era genial. Canciones fáciles de tocar, pura adrenalina teen: Pistols, Clash, Rezillos, Ramones, Jam, D. Kennedys, O. Juice... pero también Stones, Iggy y cómo no, Lou Reed. Precisamenre fue después de mangar un libro de canciones suyas -traducidas, creo, por Alberto Manzano- cuando descubrí algo que me fascinó. Aquel nombre, Velvet Underground, y sobre todo ver las fotos, leer los textos -lo de "Sister Ray" fue un cortocircuito-, localizar y escuchar sus discos. A partir de ahí el acto de hacer una canción fue algo mucho más íntimo. Algo que sobre todo me hacía sentir bien. Un método de felicidad bastante más sano que otros y al que tengo mucho que agradecer.

-Cuéntame un poco la historia de Surfin' Bichos.

-Entre 1981 y 1982, tras una temporada en Valencia, volvía a Albacete, a ser uno de los seis punks del lugar. Jose Mari, un primo mío, tocaba en Cortejo Funebre, que facturaban un entonces insólito (no ya en Albacete sino en España) trashpunkapsichobilly. Yo seguía fabricando en la intimidad de mi cuarto decenas de canciones que, por una mezcla de escepticismo y timidez, se mantenían encerradas en una tumba mental. Hasta que se deshizo el grupo de Jose y montamos el germen de Surfin' Bichos. Hasta cuatro años después no tocamos para el público. Entonces decidimos enseñarle las tripas a la gente para ver si a alguien le servían para algo, aunque fuera para sentirse mal. A principios de 1988 contactamos con Joaquín y Carlos, que venían de los Dedos, y así nació la cosa, quiero decir, la formación actual.

-Te tengo por un rock freak, un fan convertido en autor. ¿Hasta que punto se puede evitar el distanciamiento al que conlleva el trabajar en lo que te gusta con lo que te gusta?

-Creo que sigo siendo eso, un fan, sigo oyendo música, la música que me gusta, que me tapa los agujeros del alma y que ocasionalmente pone en marcha ese gusanillo que te impulsa a coger la guitarra y hacer lo tuyo... Pero a ese gusanillo también lo puede provocar cualquier otra cosa, una película, libro, o cualquier otra cosa. Como fan he procurado que la música, los discos, sigan siendo tan estimulantes y vitales como siempre lo han sido. Odiaría que se convirtieran en una especie de asignatura de estudio obligado. Hay otras cosas más duras de casar con el entusiasmo de tocar o componer: los viajes en fúrgoneta, ciertas tareas de promoción, etc.

-¿Qué destacarías de "El Fotógrafo del cielo" ?

-Pienso que ante todo es un disco vital, que huele a vida por los cuatro costados. Es otro trozo de nuestra vida y todas las canciones son experiencias y sensaciones propias o de gente cercana, casos que podrían ser verdad. En el plano musical hemos tratado de reflejar la disonancia, de encontrar el acople perfecto, porque la realidad está llena de notas discordantes y bellas. También creo qus hemos logrado un disco compacto formado por una setie de canciones que, si bien podrían vivir cada cual por sí misma, completan en conjunto un disco en cierto modo "conceptual". Teníamos claro lo que íbamos a hacer cuando entramos a grabarlo. Tiene un sonido entre carnoso y etéreo, entre noise-guitarrero y atemporal, pero sobre todo cargado de matices. Es un disco sabroso al que yo mismo sigo encontrando sentidos que no conocía.

-Uno de vuestros logros del grupo es haber ocupado un hueco que parecía olvidado, el de la música por sí misma, atada tan sólo a sus propias circunstancias. Cuando todo el mundo monta grupos para ganar dinero, aparecéis vosotros, recuperando de un golpe toda una tradición expresiva que aquí parecía casi condenada.

-Aquí es muy difícil sobrevivir haciendo tu música; es un mercado muy pequeño. Encima el circuito alternarivo de salas también es reducido y mueve muy poco dinero en comparación con las supercontrataciones veraniegas, reservadas ya sabes a quien. La tentación comercial está al orden del día, y tienes que tenerle mucho cariño a tu música para no prostituirla. Es nuestro caso.

-Encuentro ciertos paralelismos entre lo vuestro y lo que hace Javier Pérez Corcobado.

-Corcobado es una estrella interior, un artista de gran carisma pero no reconocido -no como se merece-. Y con la suficiente personalidad como para haber incluso creado escuela.

-¿Habéis intentado dar el salto fuera de España. os han llamado desde más allá de las fronteras ?

-Por ahora nosotros no hemos intentado nada. pero creo que ya nos han reclamado en sitios como Francia o Suiza. Esperamos acontecimientos

-¿Te consideras un tipo negativo?

-No, para nada. En todo caso contradictorio. Lo que ocurre es que quizá los momentos más desgarrados o dolorosos sean los más creativos. No olvidemos que todos somos hijos bastardos del blues. De todas formas creo que hay grandes dosis de good feeling, de algo positivo por ahí, pululando por mis canciones

-Entonces, ¿cómo sintetizarías tu mundo interior?

-No sé sintetizar mi mundo interior. Al menos no en una frase... , ¿cómo sintetizarías tú nuestros discos?

-Necesarios es la definición más apropiada... En tus textos proliferan las imágenes religiosas, dicotomías como cielo/infierno, pecado/redención, etc. A veces se intuyen ciertos paralelismos con la temática de Nick Cave, o las de los Swans más lúcidos...

-Puede que coincida con Cave y Cia en cuanto a motivaciones. Intentemos mirarlo racionalmente: si hiciéramos a estos señores una especie de psicoanálisis o scanner cerebral quizá encontraríamos cosas como: búsqueda de sensaciones fuertes; ataques de individualismo; atracción estética por el lenguaje bíblico; influencias del propio lenguaje del r&r; o la propia educación paterna; o el hecho impepinable de que las creencias de este tipo -las religiosas- son parte fundamental de nuestra cultura o...Yo cada vez tengo menos claro todo esto. Sólo puedo decir que escribir sobre ello me hace sentir bien.

-También destacan los personajes y situaciones retratados en el límite. El suicidio, por ejemplo.

-Es importante que el texto responda al mismo sentimiento que te incitó a componer la parte musical. Para mí el momento supremo del parto de una canción -o incluso el de tocarla y cantarla es una situación límite -como la muerte o el amor, o el efecto de una droga, o un orgasmo-, y quizá por ello tiendo a letras de ese tipo. Me atraen los extremos, el contraste, la atracción-repulsión total .

-¿Por lo visto, os sentís irremisiblemente atraídos por los teclistas. Primero os produjo Mario Gil (ex la Mode), ahora José Luis Macías (Comité Cisne).

-Simple casualidad. Mario fue un productor improvisado. hizo un buen trabajo y el resultado final no se aleja de lo que nosotros pretendíamos. Para el segundo disco confeccionamos una lista de posibles productores que tiramos a la basura al conocer a Macías. Nos entendía perfectamente, y encima le gustaba el riesgo. Se formó un buen tándem para el disco, hubo plena complicidad hasta el final.

-Tengo la impresión de que vivir en Albacete no debe ser demasiado divertido, ¿me equivoco? ¿Cómo es la vida musical por allí?

-Todos los miembros del grupo hemos vivido más o menos tiempo fuera de Albacete, y todos hemos terminado aquí. Y es que tiene sus ventajas: la comodidad y la tranquilidad del hogar, o el poder trabajar con dosis proporcionadas de aislamiento e información. Cierto es que a veces resulta insoportable -cualquier sitio puede llegar a serlo alguna vez-, pero entonces te largas. Y lo bueno es que nuestro trabajo nos permite movernos con asiduidad. A decir verdad, Albacete es bastante más divertido de lo que parece desde fuera, y suele sorprender gratamente a quien deja caer sus huesos por aquí algún fin de semana. De todas formas está claro que no puede compararse en cuanto a ofertas -vicios, diversión y otros actos culturales a las grandes urbes. En cuanto a la "vida musical",..... bueno, Albacete, por lo menos la gente más joven, está muy cerca de Valencia, lo que ha influido en la orientación de la mayoría de garitos, y en la gente: tradición ultra nocturna, mismas drogas, música chuckachucka. En lo referente a nuevas bandas locales, se respira cierta efervescencia de grupos liberados de complejos y aliviados de que se reconozca a gente como nosotros. Así hay bandas interesantes y que darán que hablar como los Fabiolas, República Gorila o los Trollstones.

-Aunque vuestras influencias musícales son evidentes. cabe felicitaros por haberlas convertido en simples herramientas para desarrollar vuestras canciones. Vamos, que consideraría un pecado (y no va con segundas ) que en vuestro caso se establezcan las típicas comparaciones...

-Cuando hacemos un tema, nuestro corazón, nuestra vena, nuestras tripas, le pueden a nuestro cerebro, y la canción acaba viviendo por sí sola y reclamando el derecho a vivir. Es aquello del rock como vehículo. "EI espíritu sobre ruedas".

-¿Influencias literarias?

-Si te refieres a libros, Sven Hassel, Boris Vian, Capote, Lovecraft e hijos, una guia de subfusiles, un libro de comida china, Bukowski, Jim Thompson (por cierto, "King Blood" está basada en su novela del mismo título), Himes, Kerouac, Lorca, Leopoldo M. Panero, Eduardo Mendoza, Burroughs, Lawrence Durrell, la Biblia, Castanteda, Patricia Highsmith, rock books, Tenessee Williams, Chejov. Leo bastante, desde pequeño, pero no creo que la literatura influya directamente en los rextos de mis canciones. Es parecido a lo que ocurre con la música, me ayuda a expresarme mejor, sin embargo mis canciones se basan sobre todo en la realidad. Soy un fanático de los hechos verídicos... Ah, me gustaría puntualizar que nuestras letras son básicamente r&r, son letras de canciones, no poesía.

-¿Sabes ya cómo será la continuación de "El Fotógrafo"?

-Ya tenemos preparadas y listas para enmaquetar más de 30 canciones, entre las que elegiremos el nuevo elepé, que podría ser doble, pero creo que lo dejaremos para más adelante. El título probablemente será "Hermanos Carnales", nombre que por un lado alude a la relación personal entre nosotros cuatro (siempre estamos juntos, incluso después de una gira), y por otro lado tiene, como algunos de los nuevos temas, connotaciones bíblicas, referencias al incesto y demás lindezas.

-Para concluir, define a Surfin' Bichos.

-No creo que seamos ni un grano en el culo de nadie ni una pandilla de psicópatas provincianos decididos a tomar el poder. Sólo cuatro hermanos carnales que tocan pop bastardo.--